Cualquier universitario debería saber cuánto debe tanto a Grecia y Roma o en el mundo de la Medicina, a su patrón san Lucas. Descubre por qué.
MARCOS GARCÍA GARCÍA
Genetista, doctorando en Medicina Traslacional y Profesor de Bioética de la Universidad CEU San Pablo
9/22/20255 min leer


En Bioética, a mis alumnos, que son de primero, este inicio de curso les va a tocar hacerse un poco de violencia. Podríamos entrar directamente en las polémicas bioéticas más amarillistas de este mundo actual que corre tan rápido. Sin embargo, prefiero remontarme a los pilares de nuestra civilización. Esto conlleva un esfuerzo para abandonar la lógica utilitarista, pragmatista y eficientista que nos ha conquistado [1]. Para ello hemos hecho un trato desde el primer día de clase: vamos a hacer un cerco como el de Rómulo cuando funda su propia comunidad, la ciudad de Roma. Un límite, una frontera que filtre lo que es propio de una educación superior, que debe tanto a Grecia y Roma, pero que también pasa por la Jerusalén de Jesús que glosa san Lucas.
Arrancan las clases y lo primero que hago es trazar una circunferencia en la pizarra. Pregunto de manera retórica de qué se trata y me dicen «que de un círculo». Digo que no, que el círculo posee contenido en su interior. Debemos pues dárselo: véase como contenido el aula universitaria, o en el pasado esa linde como inicio de nuestra civilización. Tenemos así el origen de lo que será la gran herencia de los romanos, a parte del acueducto de Segovia o cualquier otro monumento. El derecho, la norma, lo que les distinguió del mundo bárbaro exterior. En el aula el diálogo respetuoso, el rigor científico, el debate que inspiraba a la Universidad en sus orígenes.
Continúa la lección, del latín leer, y al desglosar las reglas que les he entregado en físico (para recordarles que el papel existe), nos damos cuenta juntos de que para opinar dentro del marco que hemos descubierto hace falta un fundamento. Que hubo una civilización griega que pensó antes que nosotros y su principal herencia es la Filosofía, la Razón de los pensadores atenienses. A la par hay otro método principal de conocer que es la Fe, la Revelación que acontece para los judeo-cristianos que, tenemos por Meca a Jerusalén. Atenas, Roma y Jerusalén o como me recordaban hace poco las elevaciones de la Acrópolis, las siete Colinas y el monte de Sion [2].
En este punto los alumnos ponen definitivamente cara de póker y con motivo. Hoy es extraño que expliquen de donde ha manado la cultura occidental. Ha sido olvidada, damnificada en su memoria. También en la Universidad desde que no nos reponemos del Iluminismo decimonónico. Esta lucha continúa y es curioso como esta moda no pasa, cuando tantas ideologías son más pendulares. Dice el protagonista de la película Las Invasiones Bárbaras (2003) [3]: «Hemos sido de todo, parece mentira: separatistas, soberanistas, soberanistas asociados…» Y repone otros «Bueno, al principio comenzamos siendo existencialistas, leímos a Sartre, también anticolonialistas (…) marxistas, marxistas leninistas, maoístas (…) estructuralistas, feministas, constructivas». Termina este gran diálogo con «¿Existe algún ismo que no hallamos adorado?»
Tanta desazón lleva al protagonista de la cinta al suicidio asistido, que no eutanasia. Se quita la vida fuera de un contexto médico, en su propia casa. Conviene distinguirlo de la eutanasia médica. Sirva este ejemplo conceptual para que los futuros sanitarios entiendan su cooperación, directa o indirecta, al mal o al bien, desde la rigurosidad de la Razón, del argumento racional sobre lo que es (un suicidio asistido) y lo que no es (una eutanasia clínica). Es curioso como el legislador español habla de PAM (Prestación de Ayuda a Morir) sin citar los términos necesarios [4].
Un poco más allá, en Noruega, vemos que quienes arrojan luz al respecto de estas discusiones provienen del cristianismo, que se encendió con el testimonio confiado por san Olaf. De acuerdo con Patricia Santos, corresponsal de El Debate.com en Europa, los mismos obispos católicos, aquellos que supuestamente ven más turbio al contagiar la Razón con la Fe, señalan: «Votar no es solo elegir gestores, es decidir qué sociedad queremos. Denuncian con preocupación la fascinación creciente por la eutanasia, un veneno silencioso en sociedades satisfechas. Recuerdan que toda vida cuenta: el niño concebido, el anciano enfermo, el refugiado que llega, la víctima invisible de la trata. No es una proclama política, sino un recordatorio: el voto no solo designa a un gobierno, también perfila el alma de la nación»[5].
El alma de nuestras acciones es lo que pretenderemos desvelar en la asignatura de Bioética. Y para ello necesitamos Fe, en el sentido universal de confiar en que existe algo más allá de lo meramente cuantificable (empirismo). Que existe la dignidad humana y que las leyes tienen un trasfondo ético. Transmitir esto me va a exigir emplear la Padeia griega, ahondar en la Humanistas romana y tender hacia la Universitas cristiana. Esto es lo que somos tal y como nos recordaba Benedicto XVI en el Discurso de Ratisbona [6], dentro de la maravilla que representa la continuidad del magisterio papal al entroncarse en este caso con san Juan Pablo II, de quien viene al caso sin dudarlo la encíclica Fides et ratio [7]. Entre medias hay casos como la periodista Oriana Fallaci, que desde su análisis laicista reseñaba también la importancia de las raíces de Europa, para que volviera a ser ella misma [8].
Finalmente, comprometámonos nosotros volviendo a san Lucas, pintor de la Virgen, que gracias a su extensa educación logró describir como nadie a la Madre de Dios. Dice la tradición que era médico, de Antioquía, cuna con saberes helenísticos cuyos frutos heredamos [9]. Reunamos el conocimiento Científico y Humanístico, tal y como nos pedía V.R. Potter al acuñar el término Bioética [10]. Retomemos el puente entre conocimientos, por el bien de las generaciones futuras [11]. Queridos alumnos, ánimo con el arranque y que san Lucas interceda por nosotros.
[1] Grande, J.I. y Santos D.J (2025) Capítulo 15: Contexto educativo y retos planteados: una propuesta educativa católica para hoy en Una pedagogía educativa desde el Humanismo Cristiano. Ed. Dykinson, Págs. 425-449.
[2] Comentario de mi querido director del Bachillerato en el IES San Mateo (Madrid), una formación preuniversitaria muy recomendable de cara a abrirse a la responsabilidad de ser estudiante de educación superior.
[3] Véase esta breve reseña https://www.aceprensa.com/resenas-cine-series/las-invasiones-b-rbaras/
[4] Se puede comprobar este extremo en Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia. BOE núm. 72, de 25 de marzo de 2021. (Nota del autor: se despenalizó más muerte en un mundo ya lastrado por el contexto pandémico del coronavirus. Animo a comprobar la ambigüedad de lo que recoge como contexto eutanásico).
[5] Santos, P. (Martes 8 de septiembre de 2025) San Olaf y las urnas de Noruega. https://www.eldebate.com/internacional/20250908/san-olaf-urnas-noruega_331566.html
[6] Benedicto XVI, Papa (Martes 12 de septiembre de 2006) Encuentro con el mundo de la cultura. Discurso del Santo Padre en la Universidad de Ratisbona https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20060912_university-regensburg.html
[7] San Juan Pablo II, Papa (14 de septiembre de 1998) Carta Encíclica sobre las relaciones entre Fe y Razón.
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio.html
[8] San Juan Pablo II, Papa (Martes 9 de noviembre de 1982) Discurso en el Acto Europeo en Santiago de Compostela https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/1982/november/documents/hf_jp-ii_spe_19821109_atto-europeistico.html
[9] Najemy, R.E. (2016) Eliminate Greece, if you dare. https://www.panhellenicpost.com/2016/01/11/eliminate-greece-if-you-dare/
[10] Definición de Potter, V.R. (1971) Bioética. Un puente hacia el futuro.
[11] En ese sentido suele citarse, Jonas, H. (1979) El principio de responsabilidad.